Una mirada alberga el universo,
eso lo entendemos, en silencio, al amar.
Como también entre llanto y verso,
escuchamos decirle ese "te amo"... aunque sea al soñar.
Es cuando con dulce delirio empezamos
a inventar recuerdos de vidas doradas.
Y es, también, cuando el desengaño que evitamos
nos corta con frialdad nuestras ilusiones aladas.
Y más duele cuando el sentir escondemos
y hacemos de Creonte cerca de nuestro amor
transformando el ser y actuando como podemos.
Así, el cautivo se pudre en nuestro interior.
Somos solamente en el pensamiento,
y cuando amamos lo aseguramos.
Porque la existencia es en el sentimiento,
y lo vivido en nuestra coraza lo enterramos.
Matías Humarán
12 may 2009
Dulce delirio
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario