Deje sin alas a mis tercas esperanzas
de tanto arrancarle en vuelo sus plumas
para hacerte firmamentos de alabanzas.
Y me quede, sin menos ni mas,
que un triste ilusion de humedo carton
que arruinaste de un violento apreton.
Es que, como yo ahora, (aunque yo dolido)
de seguro pensaste: ¡Bah, mas papel sin sentido!
Matias Humaran
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