
Hay un faltante entre estas palabras.
Tiene que ver con esa luz de vida
que irradia cierta sonrisa;
y con esa brisa que nos llega desde el pasado
para hacernos viajar a viejos abrazos.
Un susurro que nos deja cosquillas por el cuerpo,
un beso que nos paraliza.
Falta la caricia viajera,
La que recorre mi geografía.
Esa boca catadora de la dulzura,
Que dejo las marcas a su paso.
Y aquí me sobra un perfume en las sabanas,
un espacio que llene con mi almohada…
A quien despertar para mimar,
Y me odie con una sonrisa.
Un sabor prohibido quebrando
la quietud del amanecer.
La palabra dormida
y la ternura infinita
Faltás…
Se empezó a notar
Que no estas aca.
Matias Humaran
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